La obesidad es un problema de salud. Es una enfermedad en sí misma causante a su vez de numerosas complicaciones: hipertensión, diabetes, problemas de colesterol, etc.
En general, las personas engordan demasiado o se vuelven obesas por no realizar suficiente actividad física y tener malos hábitos de alimentación.
Por eso, para prevenir la obesidad o bajar de peso...
- No saltearse el desayuno. Desayunar es fundamental para comenzar el día con energía y desarrollar nuestras actividades en forma adecuada.
- Beber agua para estar bien hidratados (de 1 a 1.5 litros por día), no en forma de bebidas o refrescos azucarados.
- Consumir cinco frutas y verduras frescas por día, ya que aportan vitaminas y minerales. Por ejemplo: tomate, zanahoria, espinaca, acelga, naranja, pera, sandía, melón, lechuga, coliflor.
- Ingerir pequeñas cantidades de grasas y aceites, reducir al mínimo el consumo de embutidos y hamburguesas ya que aportan gran cantidad de grasas no beneficiosas.
- Consumir proteínas, a través de la ingesta de carnes magras, pescado y huevos.
- Incluir en nuestra dieta alimentos lácteos (leche y sus derivados), que nos aportan una buena cantidad de nutrientes.
- Incluir cereales y panificados integrales contribuye a una alimentación saludable. Se deben consumir en menor medida que los vegetales. Algunos cereales integrales: arroz, pasta, pan, avena, harina, galletas de arroz.
- Es imprescindible acompañar estas modificaciones de la dieta con actividad física diaria.
En general, las personas engordan demasiado o se vuelven obesas por no realizar suficiente actividad física y tener malos hábitos de alimentación.
Por eso, para prevenir la obesidad o bajar de peso...
- No saltearse el desayuno. Desayunar es fundamental para comenzar el día con energía y desarrollar nuestras actividades en forma adecuada.
- Beber agua para estar bien hidratados (de 1 a 1.5 litros por día), no en forma de bebidas o refrescos azucarados.
- Consumir cinco frutas y verduras frescas por día, ya que aportan vitaminas y minerales. Por ejemplo: tomate, zanahoria, espinaca, acelga, naranja, pera, sandía, melón, lechuga, coliflor.
- Ingerir pequeñas cantidades de grasas y aceites, reducir al mínimo el consumo de embutidos y hamburguesas ya que aportan gran cantidad de grasas no beneficiosas.
- Consumir proteínas, a través de la ingesta de carnes magras, pescado y huevos.
- Incluir en nuestra dieta alimentos lácteos (leche y sus derivados), que nos aportan una buena cantidad de nutrientes.
- Incluir cereales y panificados integrales contribuye a una alimentación saludable. Se deben consumir en menor medida que los vegetales. Algunos cereales integrales: arroz, pasta, pan, avena, harina, galletas de arroz.
- Es imprescindible acompañar estas modificaciones de la dieta con actividad física diaria.
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